jueves, 28 de marzo de 2013

Madre medio filósofa


               Murió, o eso creía, mientras escuchaba Eye in the sky. Durante el tránsito -por cierto, en AVE y con zumo de brick- recordó ese último detalle, un disco sonando en el vacío. ¿Qué pasa, después de todo, con las canciones que se quedan a medio escuchar, los libros a medio leer, los vasos a medio beber…?  ¿Quién desmiembra los abrazos a medio dar? ¿Dónde se almacenan los recuerdos a medio compartir?


           Demasiadas preguntas, resucitó antes de mediodía. Tenía aún muchos (medios) cabos por atar. Mientras escuchaba, todavía, el reclamo progresivo de Alan Parsons, entró su madre. Le recordó el tantas veces relegado propósito de recoger el cuarto. Siempre lo dejas todo a medias, sentenció, con un benevolente tono de reproche,  siempre a medias.

           Filosofía de madres. Lo saben todo, las tías.    

domingo, 24 de marzo de 2013

Sobre los Down, un tal Bach, y los poéticos ombligos


Texto desaparecido el pasado jueves de ese proscrito cajón de ausencias donde se desangra, sin pena ni gloria, mi heterónimo Gimeno Montes:


        Veintiuno de marzo. Poetas, poetastros y aprendices varios de ese llamado don, al parecer divino, no dejan de mirarse el ombligo durante toda esta jornada. Día Mundial de la Poesía, dicen. Y se lanzan a la calle -Amando García Nuño entre ellos-, anegan las redes, declaman sin compasión alguna hacia el resto de los mortales, que nada entienden, ni falta que los hace, de metáforas. Pueblan internet de versos naufragados,  invaden, con sus voces engoladas, salas de recitales y estrados literarios, dedican poemarios como quien firma cláusulas hipotecarias sobre su conexión con lo innombrable.

   Ignoran, por supuesto, tan autocomplacidos ellos, que hoy también podría ser -es, de hecho- el Día Mundial del Síndrome de Down, lo cual debería ocuparnos, y preocuparnos, más que seguir inundando de torpes ripios y metáforas vacías las castigadas páginas en blanco. Me cuelo en el rincón más íntimo del desnortado Amando para saludar a Jesús (el  chico de la foto), a Teresita, a Pepe Varona, sus amigos de la Fundación Betesda. Ellos sí son poesía, este día, y todos.

           No ignorarán los poetas, -o quizá sí, ellos se permiten todo tipo de ignorancia- que también ese día es el Aniversario del nacimiento de Bach, un 21 de marzo (mutación de calendarios por medio) de 1685, apenas un mes después de que naciera otro desarrapado, un tal  Haendel. Este mordaz heterónimo se vuelve por un momento generoso, y os obsequia el portentoso aria de la Cantata 182, titulado Leget euch dem heiland unter. Incluso Amando García Nuño, que pertenece al género de los poetas pretenciosos y presuntamente geniales, oirá este verso musicado por los dioses, y confesará que cambia las inútiles toneladas de sus palabras por una sola de estas notas. Pinchad y escuchad, no vale otra cosa. Hoy, DOWN y BACH, se puede elegir la solidaridad, la belleza. Dejemos los poéticos ombligos para otro día. 


                               

miércoles, 20 de marzo de 2013

Besar la vida entre los soportales, premio en Frías


Voy a creer, porque el recuerdo es largo,
que habitas tu pasado de muñecas,
aquella desazón de unos susurros
de infancia tableada, y de pupitres…,
voy a creer que no tiñen tus ojos
la soledad de vidas compartidas,
que planchas desazones
los lunes por la tarde, mientras borras
niñas trenzando un mundo en las baldosas,





voy a creer, porque el futuro es corto
que nunca poblarás tus soledades,
la rutina mellada de esos días,
un marido, dos hijos, mil ausencias,
y la certeza de que vivir es falso,


voy a creer que es tiempo todavía
de salir al mercado de los sueños,
que te pondrás mañana los tacones,
esbozando de anhelos tus pestañas,
y saldrás a la acera,
                                por si acaso
tu perfil de mujer retando al tiempo
                besa la vida entre los soportales.


Tercer Premio X Certamen Ciudad de Frías, Marzo 2013

sábado, 16 de marzo de 2013

Paisaje sin hombres


             Papá, ¿en estos cuadros no salen personas? La niña, calculo, puede tener alrededor de diez años. Arrastra su defraudada curiosidad por la exposición Impresionismo y aire libre, Museo Thyssen, Madrid. Telón de fondo con gestos admirados y quintales métricos de québonitos entre los bañistas de esta Costa Impresionista en que se ha convertido el eje Prado-Recoletos. La niña sigue buscando rostros humanos. En vano, claro está.

          Extraviado entre nenúfares y alamedas al ocaso, la observo de reojo, sus deportivas levemente raídas a la altura del talón, sus ojos vivaces anhelando ese perfil de seres humanos. Recuerdo el poema de Alberti, musicado hace años por Aguaviva. Racimos de turistas  en torno a guías abúlicos van tomando la sala, seducidos por el reclamo de prados y estanques. Se interponen con descaro entre la naturaleza, presuntamente viva, y mis ojos atónitos, cada vez más muertos. Gentío, hoy toca cultura. ¿Pero, dónde los hombres?  Titubeo, enceguecido al pronto, incapaz de descubrirlos.
          Desaparecen, la niña y su pregunta sin responder. ¡Ah, éste sí es maravilloso, qué preciosas tonalidades verdes!, comenta un bolso acompañado de señora, justo delante de mí. Quizá la pincelada, intuyo, ha usurpado el hueco de la piel, quizá el paisaje ha desterrado a sus habitantes, hasta convertirse en un muestrario de colorines en busca de aplauso. Entre Monet y Manet, mucho más que una vocal de diferencia. Me pierdo en el agujero verde de esas campiñas, en sus matices carentes de alma, dónde estará aquella niña... Québonitoooooo.
         Ad-miran, y cuando admiran parece que están solos. A-sienten, y cuando asienten, parece que están solos. Con aspecto de hombre viven, o eso parece. ¿Pero dónde los hombres?

Enlace al tema de Aguaviva, Poetas andaluces de ahora:
http://www.youtube.com/watch?v=CoADWowiOyg

martes, 12 de marzo de 2013

ABIERTO 24 HORAS

                                         A Mer, siempre tan generosa, que me regaló la idea

             Mi barrio anda mal de bares. Por suerte, la cafetería del tanatorio abre 24 horas. Cada noche, cuando acecha ese vacío de cierres metálicos, peregrinan hasta allí parroquianos algo serios, vestidos con traje oscuro, como de domingo. En sus blancas sillas de peuvecé, beben chupitos y corean canciones de juventud, para ser conductor de primeraaaaaaa…. Aceleran, también ellos, no les queda ya otro remedio.



            Antes de la alborada, pago la cuenta y los acompaño, de vuelta por los pasillos desolados. Quedan en sus lechos, durmiendo la mona, tan ausentes de todo, borrachos de nostalgia y orujo. Para mí, es hora de empezar a currar. Cuando paso otra vez frente a la cafetería, empiezan a llegar los primeros familiares, aroma a gel de hipermercado y un brillo de herencia en sus miradas. No me interesan hoy, paso de largo hacia la calle, hacia la vida.
             Sobre el mostrador de algún bareto recién abierto, planifico mi agenda, soy una comercial concienzuda. Es curioso, medito mientras mastico un cruasán plastificado, es curioso, a estas alturas, la mayor parte de mis próximos clientes de francachela nocturna, beben café con leche y se sienten inmortales.


viernes, 8 de marzo de 2013

Repíteme otra vez, premio en Arahal

            Aún resistiéndome al significado de tener que marcar un día en reivindicación de la dignidad de la mujer, como si el resto del año se nos olvidase, toda esa parafernalia me lleva a recibir hoy por la tarde el Premio de Poesía Villa de Arahal, con el poemario Lo dicen las portadas de las revistas, del cual adjunto el texto Repíteme otra vez. El final -no puede, no debe ser de otra forma- tiene un tono esperanzador, donde la opresión no alcanza, y los oídos ironizan sobre la libertad. Algún año no será necesaria la marca en el calendario. Mientras tanto, va por ellas, por vosotras, y por las que se dejaron la vida en el empeño.

Repíteme otra vez cuánto me quieres
mientras plancho la ropa
como quien plancha sueños enterrados, 

repíteme otra vez
que estaremos unidos para siempre
excepto, por supuesto, los domingos
de fútbol en la tele
y ausencias derramadas en la cama, 

cuéntame que trabajas día y noche
para que nada falte en los estantes
salvo en todo caso, algunos sentimientos
carentes de importancia,
o esa caricia en el alma herrumbrosa, 

repíteme, otra vez, o no podría
soportar la hiel del desayuno,
lo bien que me quedan los cruasanes
que en el horno tuesto a fuego lento
junto a mis ilusiones medio crudas,
mientras duermes arrullado en la rutina, 

háblame sin parar de mis desvelos,
de cómo te cuidaré si caes enfermo,
repíteme, mientras vomito hastío,
que una familia así, comodiosmanda,
es el cimiento del amor, y punto,
mientras, un poco más adentro,
la soledad me resquebraja lentamente, 

dime que soy persona
porque lo soy en ti, me gusta mucho,
repíteme, otra vez, cuánto me quieres…, 

lo echo en falta ahora especialmente,
cuando por el camino de silencio
que de tu voz me aleja, y de tu amparo,
su eco se ha perdido, y no me alcanza.

lunes, 4 de marzo de 2013

Morir una mañana así


Retornó al cuarto donde le soñaba,
quién podía morir una mañana así,
tan temprano
y con Purcell sonando en el pasillo,
rasgó la última llama en el mechero
donde encendía ayeres,
                                      e hizo arder
sin tristeza, los ajados restos
de aquellos viejos diarios, y las cartas ,
promesas, claro está, de amor eterno, 




quemó también,
al tibio sol que velaba su impostura,
la palabra empeñada,
                                   complacida, acaso,
de ver su juramento hecho cenizas, 

quién podía morir una mañana así,
                                                       pensó
mientras bajaba en ascensor hacia el olvido,
tan temprano
y con Purcell sonando en el pasillo.

                  Premio Rodrigo Manrique, en Siles (Jaén). Agosto 2010

  Seleccion de Dido y Eneas, con la Royal Opera House, y Sarah Conolly:

https://www.youtube.com/watch?v=p8Vkq5xKkHQ&list=PLF6FAB95E05A5420F

viernes, 1 de marzo de 2013

PEREGRINAJE


              Levántate y anda, le dijo aquel visionario de barba enredada y ojos anunciando divinidad. Lázaro, harto de mentiras sobre la vida y la muerte, se puso a caminar. A media tarde, estaba ya lejos de todo, del pueblo tapizado de adobes, de los ajados huertos, de sus hermanas confusas.  Incluso, de sí mismo.
          Echó la vista atrás. De buena gana le hubiera dado las gracias a aquel tipo estrafalario. Pero no había retrovisor desde la memoria polvorienta. Además, el barbado dios, aprendiz a la fuerza de lo humano, estaba pasando la reválida colgado de un madero. Suele ocurrir, cuando se recomienda caminar a la hora de la siesta, antes que amodorrarse en el sillón de orejas.
         Bebió  un sorbo de la cantimplora, y miró hacia el horizonte incierto. Había pasado ya el tiempo gris de los de sudarios, y nadie lo conocía por estas tierras. Peregrino, al fin. Se desperezó, hacía tiempo que no se sentía tan liviano. Se levantó y siguió andando.